Numerosos son los cambios que ha sufrido el universo de los softwares de gestión (sistemas de gestión informáticos) en los últimos años. Hablamos en términos de mercado y técnicos, por cuanto los modelos de contratación han dado un vuelco y las aplicaciones poseen ahora alcances difíciles de calcular. Para que una organización adopte nueva tecnología, renueve la existente o se embarque de lleno en la transformación digital, se precisa conocer no solo el negocio y sus requerimientos, sino también las tendencias, lo que el presente dice que vendrá en el futuro de la informática y así la inversión sea cónsona con la realidad digital.
De cara a comprender cuál es el porvenir de las soluciones, se identifican tres tendencias que mantienen el auge y cuya obligatoriedad es pauta para lo que viene.
El humano como centro
Los fabricantes más comprometidos con los criterios de experiencia del usuario, usabilidad e interfaces son los que mayores esfuerzos han puesto en el diseño de sistemas interactivos. Las aplicaciones poco amigables y complejas retrasan los procesos y alejan a los colaboradores de la eficiencia, por lo tanto, disminuyen la velocidad de respuestas de la organización. En el futuro será forzoso que el desarrollador presente diseños para cada perfil de usuario. Esto exige mayores avances en lo que a integración de diferentes soluciones se refiere (ERP, CRM, BI) y la construcción de un entorno homogéneo contentivo de todas las aplicaciones necesarias para las tareas. La visualización como disciplina y el autoservicio son clave para este aspecto.
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Movilidad como facilitador
Impulsada por la nube, la movilidad como cualidad resulta esencial para la empresa que busca la competitividad. La conexión permanente facilita, entre otras cuestiones, que un representante comercial se traslade hasta donde está el cliente y haga modificaciones en la cotización sin volver al centro de trabajo. Hablamos del incremento de oportunidades habilitadas por la flexibilidad de acceder en cualquier momento y lugar al sistema para manejar los negocios. Por otro lado, con la aplicación de dispositivos móviles, las empresas manufactureras encontrarán una agilidad sin precedentes en cada eslabón de la cadena de producción. La movilidad ya no será un factor secundario, sino primordial al momento de escoger a un proveedor.
Inteligencia como competencia
El estándar para las organizaciones estará basado en sistemas con ciertos niveles de inteligencia. Esto vincula los diferentes tipos de analítica y la explotación profunda de los datos. Esto amerita enormes esfuerzos para permitir el trabajo con datos e información de diferentes orígenes y la habilidad de construir modelos para pronosticar resultados. La analítica aumentada emplea el aprendizaje automático para automatizar datos y descubrir ideas, lo que aporta un claro valor al negocio. Esta área de conocimiento transformará aún más las estructuras y la naturaleza de trabajo para que la compañía actúe con riesgos mínimos y la certeza de una planificación encauzada al éxito.
Si bien grandes empresas ya viven estas experiencias, el reto para los fabricantes gravita en lograr que las tecnologías de avanzada puedan ser accesibles para organizaciones de todos los tamaños. De esta forma se equilibrará la balanza de competencias y mejorarán los papeles corporativos en los mercados.
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