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Una tecnología obsoleta puede generar pérdidas enormes en las empresas. La postura de cambiar la infraestructura tecnológica cuando los equipoo sistemas lo único que presentason fallas no favorece para nada el ahorro. Por el contrario, expone a la organización a sucumbir ante un mercado sumamente dinámico y signado por la innovación. Pero, asumir una renovación tecnológica no es sencillo, sobre todo cuando el mundo vive una nueva revolución industrial y términos como transformación digital y nube copan los escenarios corporativos. 

Cuando los directores de una compañía estudian qué soluciones podrían renovar su modelo operativo de TI para favorecer el negocio, emergen diversas interrogantes. La respuesta de algunas llega a influir ponderadamente la toma de decisiones. 

1. ¿mo se beneficia mi empresa con la nube? 

La nube es un motor importante de la transformación digital. Las soluciones alojadas en ella tienen la habilidad de ser ampliadas o reducidas con facilidad y según el ritmo de crecimiento de la organización. Los servicios se adquieren en función de la cantidad de usuarios o funcionalidades. No requiere una infraestructura similar a la requerida por los servicios on premise, lo que beneficia el ahorroAdicionalmente, la modalidad de contratación bajo demanda libera a la empresa de afrontar costos fijos y licencias perpetuas. También permite mitigar riesgos porque es el proveedor de servicios quien asume la responsabilidad de actualizar la plataforma. Estas cualidades, aunadas a la facilidad de uso, rápida implantación y flexibilidad terminan de cerrar la idea de la nube como opción para la organización que busca aumentar la agilidad. 

2. ¿Está la compañía preparada para el cambio? 

La espera puede ser fatal. El costo real de la inactividad puede superar al costo por actuar al respecto. Con frecuencia, las interrogantes frente a la renovación de la tecnología retrasan las decisiones y desenmarañan cuestiones adicionales que van desde el modelo de inversión hasta la calidad de los datos. De cualquier forma, se precisa repasar las estrategias de negocio; conocer el nivel de madurez en TI, y formular una estrategia que alinee las tecnologías con el negocio. De esta manera es más fácil implementar sistemas que realmente aporten valor. Por otro lado, al momento de pensar en la preparación de la empresa, es indispensable considerar a los colaboradores y los procesos que estos deben atravesar, puesto que sin las personas no puede haber transformación. 

 3. ¿Cómo preservar la infraestructura en TI en función del negocio? 

Ya sea que la compañía busque sistemas modernos para la planeación de los recursos empresariales (ERP), para la gestión de las relaciones con los clientes (CRM) o para la inteligencia de negocios (BI), un aspecto clave para preservar la infraestructura está en las capacidades de integración y flexibilidad. Son los sistemas que tienen la habilidad de trabajar con múltiples lenguajes, con fuentes de diferentes orígenes y crecer o adaptarse sin perder la calidad (escalabilidad) los que facilitan que la empresa preserve la infraestructura que sustenta la actividad comercial y permite responder con mayor agilidad a las exigencias del mercado. Tales características son propias de las soluciones desarrolladas por firmas de clase mundial. En este sentido, lo sugerido es contar con soluciones de corporaciones de larga data en materia de investigación y desarrollo de software. 

Decidir en qué y cómo invertir puede resultar inquietante. De cualquier modo, contar con la asesoría adecuada ablanda el camino para la organización. 

En los últimos años se han generado más datos que en todo el curso de la humanidad. De acuerdo con el estudio sobre big data realizado en 2015 por OBS Business School, cada minuto, 4,1 millones de búsquedas son realizadas en Google; 3,3 millones de actualizaciones se comparten en Facebook; casi 40,000 fotografías son subidas a Instagram; más de cien horas de video son subidas a Youtube; 32,000 horas de música son escuchadas en streaming, y 34,7 millones de mensajes instantáneos son enviados por internet. En total, se estima que en tan solo sesenta segundos son transferidos más de 1,570 terabytes de información.

Para 2020 se estima que en el mundo habrá más de 6,100 millones de usuarios de smartphones y más de 30,000 millones de dispositivos estarán conectados a internet, lo que evidenciará un impacto considerable sobre la economía global.

La transición a soluciones tecnológicas basadas en datos en los próximos años supondrá aportaciones astronómicas en todas las regiones. Y el porcentaje de empresas que no había considerado incorporar proyectos de big data a sus planes estratégicos se irá reduciendo conforme esta vaya mostrando sus alcances y aplicaciones que, por ahora, se podrían considerar incalculables.

Planificación y analítica

Las organizaciones se enfrentan a un volumen de datos en continuo crecimiento, datos que provienen de distintas fuentes que es preciso gestionar con eficiencia para que realmente aporten valor al negocio.

Tanto en el entorno de las pymes como de las grandes corporaciones pueden obtenerse oportunidades muy provechosas si se cuenta con las soluciones tecnológicas apropiadas. Entre estas figuran, con un protagonismo bastante destacado, los sistemas para la planificación de recursos empresariales (ERP): de la informática, la columna vertebral de la gestión de toda la organización.

Para que un ERP pueda adecuarse a las demandas de la era digital o la cuarta revolución industrial, este debe poder trascender del manejo de tangibles (inventarios, equipos, contabilidad y finanzas, fabricación) al manejo de intangibles (datos). Esto implica la habilitación de una plataforma con capacidades analíticas e integrada a la Big data que facilite y fundamente la toma de decisiones en diferentes áreas de la compañía.

Numerosas organizaciones todavía emplean ERP que fueron ideados para entornos que se han transformado de manera radical, por lo que la visión corporativa no logra ser lo suficientemente amplia y clara para afrontar con agilidad los escenarios que la hipercompetencia ha puesto sobre el tablero.

Si se tiene en cuenta el conjunto de beneficios que un ERP aporta a la organización y que las estrategias de negocio más novedosas se nutren de los datos –para lo cual la capacidad de almacenamiento es fundamental–, la conjugación de los sistemas de planificación empresarial y la big data se presenta como una idea congruente cuya gestión de información permitirá movimientos corporativos y comerciales más fluidos y certeros.

Según el mismo estudio, el sector privado latinoamericano se muestra confiado en cuanto a la generación de ventajas competitivas que las tecnologías de información y sus disciplinas asociadas pueden facilitar. En este sentido, serán aquellas compañías que consideren en sus decisiones estratégicas aplicaciones ERP y macrodatos las que más partido saquen de la optimización de los procesos y la posibilidad de detección de oportunidades.