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No hay vacilación alguna: cuando llega el momento de adoptar mayores tecnologías en la empresa, uno de los obstáculos en la toma de decisión resulta ser el costo de las soluciones. El “cuánto cuesta” no tiene una respuesta inmediata y puede ser difícil de responder. Los sistemas para la planeación de recursos empresariales (ERP por sus siglas en inglés) no escapan de esta apreciación. En su caso no es posible asignar un precio fijo, puesto que este depende de múltiples factores que se intentarán resumir en las líneas siguientes.

¿Cuánto cuesta un ERP?

En México, la tipificación de las compañías se hace con base en el número de puestos de trabajo y el monto de las ventas anuales. En la estratificación se hallan micros, pequeñas, medianas y grandes empresas. Los sectores a las que estas pertenecen son diversos, por lo tanto, sus necesidades de negocio también lo son.

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Así, una compañía de comercio con veinticuatro empleados que factura ochenta millones de pesos al año encontrará viable un ERP en la nube que le permita incorporar funcionalidades según su ritmo de crecimiento y cantidad de usuarios. Por su parte, una firma industrial dedicada a la manufactura de vehículos, con más de 250 empleados y facturación superior a los quinientos mil millones de pesos, hallará perfecto la operatividad de un ERP a pleno con sus funcionalidades extendidas y en la modalidad on premise –aunque no hay que perder de vista que la tendencia indica que en un futuro no muy lejano prácticamente todas las empresas estarán en la nube–.

Los desarrolladores de software se han dado a la tarea de proveer en la actualidad de opciones de ERP para todos los presupuestos y requerimientos. La modalidad en la nube ofrece fuertes beneficios al admitir la contratación bajo demanda –base de pago por uso–, lo que permite que las empresas no tengan que ser enormes corporativos y realizar magnas inversiones para experimentar mejoras en su funcionamiento.

Algo es seguro, el costo por la no implantación de un sistema para la planeación de recursos empresariales puede ser mayor al desembolso en tecnología. Un ERP que ha sido escogido adecuadamente y cuya operatividad se lleva a cabo con la asesoría apropiada favorece el ahorro en la organización y ayuda a maximizar el retorno de la inversión. Esta última, labor no muy sencilla, pero que, cuando es demostrada con claridad, favorece enormemente la percepción sobre el presupuesto ejercido.