Agotadas las vacaciones, cada año llega el momento en que los pequeños y jóvenes de la casa deben volver a las aulas. Comienza un nuevo ciclo escolar que promete más conocimiento y esperanza para un país. Para los padres, es un momento de alegría y orgullo que, con el auge de las redes sociales, muchos comparten al mundo; pero no hablaremos de la felicidad que en ellos genera ver a su bendición vestir el nuevo uniforme; hablaremos del desafío tecnológico que para el sector educativo supone cada periodo académico.
La transformación digital forzosamente también toca al sector educativo. Es un proceso que demanda no solo la aplicación de nuevas tecnologías, sino un cambio cultural en el seno de la institución que, en definitiva, es lo que concreta la entrada a la era digital. Hablamos de “entrada” porque todavía son numerosos los centros de estudio que no terminan de asociar la revolución 4.0 con sus procesos, por lo que sus oportunidades de éxito se ven mermadas frente a aquellos que sí han subido a la ola digital para mejorar su experiencia, tanto como organización como proveedor de un servicio esencial para el desarrollo nacional.
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Dentro de los retos asociados a la tecnología que las instituciones educativas deben afrontar, con independencia de su clasificación y régimen jurídico, se destaca uno en particular vinculado a las labores de marketing. Para que una casa de estudio desarrolle competencias diferenciadoras, debe acuñar el concepto de excelencia no solo en el aula, sino también en la gestión administrativa de la organización. Hablamos del perfeccionamiento, sobre todo, de las funciones que tienen que ver con la gestión del ciclo de vida del estudiante, desde la captación hasta el egreso.
En su esfuerzo por mejorar la presencia y visibilidad en el entorno digital, la segmentación, la atracción y captación, así como la transparencia, una institución del sector académico debe manejar aquellos métodos y técnicas que optimicen su desempeño, lo que implica adoptar tecnologías desarrolladas especialmente para el área.
En el sector, contar con la tecnología apropiada, aquella capaz de centralizar toda la información, permitir seguimiento y aplicar analítica, puede incidir en el número de estudiantes que se requieren para garantizar la sostenibilidad el modelo de negocio. Además, de cara a un medio que exige centrarse en el cliente, no hay que solapar la importancia de alumno como prosumidor. Son aquellos centros de estudio que han sabido conjugar la realidad del entorno físico y digital las que mayor cuota de mercado y perspectiva de crecimiento poseen.
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